martes, 28 de septiembre de 2010

Catedra de Etica y Sociedad

Violencia Juvenil

Grupo de pandilleros mata a balazos a un joven que participaba en chocolotada en La Victoria

Lima (Peru.com).- Un hombre fue asesinado cuando participaba de una chocolatada en la avenida Iquitos, en La Victoria.

Según informa ‘Perú.21’, un grupo de pandilleros rivales al grupo de amigos de José Maceda (28) llegó al barrio y lo baleó sin razón aparente, dijeron los vecinos.
El cuerpo de Maceda Solano fue trasladado a la Morgue Central de Lima luego que la Fiscalía ordenara el levantamiento del cadáver.
Testigos del sangriento hecho dijeron que “era un muchacho tranquilo y que no se metía con nadie“.

Comentario:

La violencia juvenil que refleja el pandillaje hoy en día, nos es normal, pues lo vemos como algo cotidiano en las noticia.

A los que no nos consideramos como parte del grupo de jóvenes violentos, esta realidad nos impresiona, mas no nos hace pensar porque razón hay cada vez, mas pandillas y ninguna solución que esté dando resultado.

Yo, pienso que para entenderlo no solo basta con ver a todos estos pandilleros que en un arranque de cólera o emoción terminan matando a una persona inocente (en este caso, jose) quien tal vez ni los conocía, pues este es el rutinario actuar de estas personas, atacar en grupo, de la manera más cobarde que pueda existir. Es triste ver como en cuestión de segundos, jóvenes pandilleros se pueden convertir en depredadores de su misma especie, perdiendo el instinto humano para solo tener un deseo de golpear y así llegar a matar, para luego tan solo conseguir, venganza o alguna otra cosa que de seguro no vale la pena en comparación a la vida que acaban de apagar.

Pues para entenderlos creo yo, que tenemos que ponernos en su lugar. Estos jóvenes vienen de familias violentas, en donde los golpes son algo de los mas normal, donde los padres no supieron dar el amor necesario para que estas personas se sientan seguras, y no busquen otros modelos a seguir en las calles, pues es ahí donde obtienen las más sanguinarias lecciones de supervivencia donde el débil no existe y tu espalda es algo que tienen que cuidar hasta cuando duermen, donde la palabra confianza y seguridad, no existe.

Viéndolo de este modo, estos jóvenes han sido víctimas de la violencia, y tienen falta de sentido moral y ausencia de valores, pues simplemente no se los enseñaron. Así, estos niños, víctimas de violencia en sus casas pasan a ser victimarios en las calles, cumpliéndose el ciclo que cuyo fin es una utopía de políticos y líderes de gobierno que sueñan con soluciones que hasta ahora no se cumplen.

Miguel Castro


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